Día de los Difuntos, en la Iglesia católica, conmemoración que se celebra el 2 de noviembre, cuyo objeto es interceder ante Dios con oraciones, sacrificios y limosnas por las almas del purgatorio para que abandonen esta morada y vayan al cielo.
Instituido por primera vez en los monasterios cluniacenses en el año 998, la observancia se generalizó muy pronto. Entre los campesinos europeos, el Día de Difuntos permite recuperar muchas costumbres populares pre-cristianas. Asimismo, entre algunos pueblos latinoamericanos en el Día de los Muertos se realizan numerosas ofrendas, especialmente de comida, bebidas y flores para complacer a los familiares difuntos y obsequiarlos con provisiones para su largo camino por el inframundo (cielos e infiernos), según las creencias de las religiones prehispánicas. A los sacerdotes católicos se les permite decir tres misas de difuntos ese día.
Instituido por primera vez en los monasterios cluniacenses en el año 998, la observancia se generalizó muy pronto. Entre los campesinos europeos, el Día de Difuntos permite recuperar muchas costumbres populares pre-cristianas. Asimismo, entre algunos pueblos latinoamericanos en el Día de los Muertos se realizan numerosas ofrendas, especialmente de comida, bebidas y flores para complacer a los familiares difuntos y obsequiarlos con provisiones para su largo camino por el inframundo (cielos e infiernos), según las creencias de las religiones prehispánicas. A los sacerdotes católicos se les permite decir tres misas de difuntos ese día.
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