El ritual tiene un importante papel en las culturas primitivas, aunque no sea reconocible en sentido alguno como diferente de la llamada actividad práctica. Es más bien un intento para influir o armonizar uno mismo con el ciclo de la naturaleza mediante la representación dramatizada o simbólica de acontecimientos tan fundamentales como la salida y puesta del sol, la alternancia de las estaciones, el cambio de fases de la luna, la siembra y la cosecha anual. Además, el ritual supone la interpretación externa de los grandes temas míticos que en estas culturas ocupan el lugar de las doctrinas religiosas. El ritual, como aparece en las religiones primitivas, puede por lo tanto describirse como una forma de arte que expresa y celebra la significativa participación de la humanidad en los asuntos del universo y de los dioses.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario